Jornada laboral de 40 horas: la experiencia internacional y la discusión que avanza en Chile

“Creemos que es necesario modificar la realidad de los trabajadores y seguir los pasos de otros países de la OCDE. Estos países tienen un rendimiento productivo alto y una jornada de trabajo reducida. Esto es evidencia de que no hay una correlación efectiva o vínculo causal entre jornada de trabajo y nivel de productividad”. Así la diputada comunista, Camila Vallejo, justificó su propuesta de reducción de la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, proyecto que esperaba ser votado anoche en la comisión de Trabajo de la Cámara.

Pero, ¿cuánto se trabaja en otros países del mundo? De acuerdo al Sistema de Información sobre Normas Internacionales del Trabajo (Normlex, en inglés), de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al menos 21 países de la OCDE cuentan con jornadas laborales de 40 horas.

Tal es el caso de Austria, Canadá, República Checa, Estonia, Finlandia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Corea del Sur, Letonia, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia y Estados Unidos. ¿Y en América Latina? Según los datos de la OIT, solo Ecuador.

Es más, según las citadas cifras, en la región la tendencia es más bien a la inversa, ya que varios países cuentan con jornadas laborales de entre 46 y 48 horas, entre ellos: Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Panamá, Paraguay Perú y Uruguay. Chile, hasta 2005, perteneció a este último grupo, con una jornada laboral que en ese entonces era de 48 horas.

En diversas oportunidades, la OIT ha planteado que la reducción de la jornada debe ir de la mano con ciertas consideraciones, por ejemplo, el grado de desarrollo de los países, evitar un posible impacto en la producción, el desarrollo de nuevas industrias o mayor competitividad internacional y evitar presiones inflacionarias.

En noviembre de 2018, Andrés Marinakis, especialista en políticas de mercado e instituciones laborales de la OIT, expuso ante la comisión de Trabajo de la Cámara sobre la moción propuesta por Vallejo. Allí el experto planteó que la reducción de las jornadas laborales debe ser una política que se implemente de forma progresiva, la cual puede darse por etapas o por sectores de la economía.

¿Y la productividad?

Según un estudio de la Biblioteca del Congreso elaborado en 2017 y titulado “Productividad en Chile: una revisión de su evolución en el marco de la Ley Nº 19.759 que redujo jornada laboral de 48 a 45 horas”, no se puede concluir que la reducción de la jornada haya tenido un impacto significativo en la productividad.

Pese a eso, el texto señala que no puede negarse la posibilidad de que la productividad “pueda verse beneficiada por las reducciones de las jornadas debido a los beneficios psicológicos y de bienestar asociados a mayor tiempo de ocio que influye en la vida personal, pero pone de manifiesto que la medición de un impacto debe analizarse de una perspectiva multidimensional”.

El exsubsecretario del Trabajo, Marcelo Soto, se ha mostrado abierto a discutir la propuesta, pero con algunas observaciones: “No hay que cerrarse al debate, pero es un proyecto que no cuenta con un respaldo técnico”, dijo.

Polémica sesión

Por al menos una hora estuvieron discutiendo ayer los integrantes de la comisión de Trabajo, luego de que el Ejecutivo ingresara una suma urgencia para acelerar la tramitación del proyecto que moderniza la carrera funcionaria de las Fuerzas Armadas.

Los diputados Patricio Melero y Ramón Barros fueron enfáticos en señalar que “se debe respetar el reglamento y ver la suma urgencia, no hay espacio para ver otro proyecto”. La diputada Vallejo, pidió “sinceridad” e invitó al oficialismo a rechazar directamente su moción. “No demos más espectáculo”.